Y LLEGO EL 100...



  Empecé a correr , de manera habitual, durante el Servicio Militar,  en Ceuta a donde fui destinado, a partir del verano del 82. En las largas tardes de ocio, con pocas otras actividades saludables que hacer, un poco buscando algo que fuera barato, sano y que estuviera a mi alcance, comencé a salir 3 veces a la semana, a dar una vuelta al Monte Hacho, que desde el cuartel, eran unos 8 kms. Al cabo de los meses, y en los actos de la festividad del Arma, se organizó una carrera en el Cuartel, y terminé segundo, lo que me animó a seguir con el hábito, que ya me estaba enganchando.
Al volver a la vida civil, ya se celebraban carreras populares, el Maratón de Madrid llevaba varias ediciones y se publicitaba en Sevilla una carrera de 12 kms, la Vivicittá, a la que me inscribí para obligarme a seguir entrenando regularmente y el año siguiente, en 1985, fue mi primer maratón, la primera edición del de Sevilla. Eran otros tiempos, me daba algo de verguenza salir a la calle a correr, la gente no estaba acostumbrada a ver a nadie corriendo por la calle y les "chirriaba", algunos te pitaban desde sus vehículos , o, incluso, se "pitorreaban", lanzándote algún chascarrillo tipo "un pico y una pala" u otras lindezas.  Y desde entonces, quién me lo iba a decir,  año tras año, no he dejado de correr, durante 37 años sin interrupción, casi 120.000 kilómetros acumulados o, lo que es lo mismo, tres vueltas completas al mundo.
 El correr , después llamado jogging, footing, hasta llegar al moderno running,  se convirtió en una parte importante de mi vida, una necesidad básica, igual que comer, dormir o respirar, y las zapatillas eran elemento esencial de mi equipaje en cualquier desplazamiento, festivo o laboral.
 Me hice asiduo, año tras año, de algunas pruebas, como el Maratón de Sevilla y el de Madrid, fijos todos los años, y alguno que otro, como excusa para hacer turismo, en el extranjero. En más o menos 10 años, acumulé sobre 25 maratones; yo soy de los que necesito inscribirme en maratones para mantener la tensión y la disciplina de los entrenamientos. En esa fecha, tuve la ocurrencia de fijarme un reto a largo plazo, la de cruzar número de maratones con años cumplidos; es un reto personal, sin ninguna trascendencia, pero que actuó como faro lejano y me permitió mantener la motivación y ser perseverante. Y tras 15 años, en Septiembre de 2003 hice mi maratón 43 con 43 años ( también el siguiente, en Sevilla en Febrero de 2004, fue el 44 con 44 años). En ese momento experimenté en mi alma dos sensaciones contradictorias, por una parte, el orgullo y la satisfacción personal de haber sido capaz de cumplir el reto, comprender que puedes alcanzar la meta que te propusiste gracias a la dedicación, el esfuerzo y la constancia , eso te incrementa la autoestima,  la seguridad en ti mismo y por otro lado, el vacío, la ausencia del objetivo por haberlo cumplido y la necesidad de plantearme otro, que, de la misma forma, me mantuviera ocupado el mayor número de años posible. Los retos tienen que ser exigentes, difíciles de conseguir, que supongan un gran esfuerzo y en mi caso, prolongados en el tiempo, pero que sean posibles. Y de esa manera en mi cabeza se forjó el proyecto 100, que se acaba de cumplir, y me ha llevado 16 años. Inicialmente, mi previsión era poder acabarlo en torno a los 65 años, pero, circunstancias sobrevenidas, con 53 años cesé en  mi actividad laboral, fui una víctima más de la crisis, y me despidieron de mi empresa, la única en la que he estado en  toda mi vida laboral, del sector financiero, con ese despido dulce que llaman de modo eufemístico "prejubilación",que  como fórmula de ahorrar costes a las empresas manda a sus casas a profesionales en su mejor momento, por  la experiencia adquirida , y cuando son más eficientes y productivos. Esa disponibilidad forzosa de tiempo, que me liberaba las 12 horas que en los días laborables dedicaba al trabajo, me lleva a incrementar el número de maratones anuales de 3-4 anuales, hasta 8 en alguno y, lógicamente, a anticipar en varios años la inicial previsión de cumplimiento. Existen en España mas de 45 personas que, en todos los tiempos,  han completado más de 100 maratones, y algunos, con cifras asombrosas, superando los 200, aunque, bien es cierto, que casi la mayoría de los que llevan  esos números los completan en casi todos los casos en mas de 4 ó 5 horas. Tiene un mérito increíble, pero el desgaste muscular que  produce no es comparable al de realizarlo en la horquilla en la que me muevo desde hace 10 años, que está entre los 3.10-3.25. En mis 100 maratones completados, mi "tiempo medio" intuyo que se sitúa en torno a los 3.15 ; si hubiera un ranking de corredores de mas de 100 maratones y tiempo medio de los mismo, si que creo que estaría en el top 5.

  En esa nueva etapa de mi vida, laboral y familiar porque también coincide con mi divorcio, con casi 5 años de antelación planifico las maratones que tengo que disputar cada año, para poder llegar a Febrero de 2020 , con 60 años recién cumplidos, a los 100 y me pongo "manos a la obra". Corro  maratones asequibles, por coste y desplazamiento, y no de los más multitudinarios, de casi todos ellos hay un post en este blog, así participo en maratones muy minoritarios, como Laredo (ya desaparecido), Vitoria, Badajoz, Burgos, Ciudad Real, Jaén , lo que contrasta con mis  11 participaciones en los grandes Mayors, pero a todo hay que adaptarse , y en la esencia, corra junto a 40.000 personas en una ciudad de postal o por un perdido polígono industrial más solo que la una, en ambos casos, lo que te lleva a la línea de meta son tus piernas, tu corazón y tu cabeza. Así , poco a poco, me iba acercando a la cifra mágica, de acuerdo con el plan trazado, incluso, con algo de adelanto, por si hubiera alguna circunstancia no prevista que supusiera un inconveniente.

 El maratón 99 fue el de Málaga, era natural que fuera así, y pasado el mismo, ya, como un sueño tan lejano que ya podía tocar con las manos, sentía ese cosquilleo en el estómago de la cercanía de ese día tan esperado.

  Sin que hubiera ninguna intención por mi parte, pues en lo personal me considero discreto, humilde y no me gusta exponerme en exceso, sí que hubo un cierto "ruido mediático" del acontecimiento. Ya a mediados de Enero, Angel Gamiz me invitó a su programa, a escala regional, Andalucia Deportes, en Canal Sur Tv. Estuve en el estudio una hora, con una simpática entrevista y tertulia, amenizada con fotos que aporté de mis maratones por esos mundos de Dios y fragmentos de mis vídeos; ese programa tuvo una importante repercusión y me sentí muy halagado de los cientos de mensajes de cariño recibidos. La organización del Maratón de Sevilla, con Javier Gavela como Director Técnico, Manuel Nieto, gerente del IMD del Ayuntamiento de Sevilla, me invitó, junto a Miguel Ríos, ganador del Maratón de Sevilla de 1992, y los otros 5 finishers de todas las ediciones, al desayuno de presentación a los medios de comunicación. También nos colmaron de cariño, y me entrevistaron para TVE1, para el informativo regional, y para medios escritos,  el Diario ABC de Sevilla, con un bonito reportaje de Sergio Avila con fotos de Juan José Úbeda. También publicaron artículos sobre mí en medios escritos, Diario de Sevilla y Muchodeporte.com , este medio digital, especialmente Carlos Carrión, siempre ha estado pendiente de mí, lo cúal es de agradecer,  no porque me lo merezca yo, sino por dar notoriedad y relevancia al deporte popular, arañándole algo de atención al casi monotema futbolero. En medios escritos, también quiero reseñar el artículo, con formato de entrevista y acompañado de distintas fotografías,  escrito por Manuel Aguero, Jefe de Prensa del Maratón de Sevilla, que se incluyó en la revista oficial que se distribuye a todos los corredores, al recoger su dorsal, todo un honor. En la radio, tuve intervenciones en el programa La Jugada de Canal Sur, con Juan Bustos, a nivel regional, y visité los estudios, en la Isla de La Cartuja y aproveché  la oportunidad de saludar y departir con tantos grandísimos amigos y amigas  como tengo en esa casa, y participé en el programa de Deportes de Nuria Gaciño y Chema Suarez, buen amigo y muy avanzado maratoniano.

  Para hacerlo especial y emotivo, solicité de la organización que me concedieran el dorsal número 100 y en vez de figurar en él mi nombre, que figurara "Va por ti, Berni". Tardaron 5 minutos en decirme que Sí. Asimismo , durante meses, estuve meditando qué camiseta iba a llevar durante la carrera, debería ser muy especial. Y tanto que lo fue, gracias a la generosidad de mi amiga Pilar, viuda de Bernardo, mi amigo, llevé su mono de triatleta con el que finalizó su última prueba de Ironman, en Austria. Bernardo,  maratoniano con 33 maratones finalizados y triatleta experto, falleció el 29 de Abril de 2019, en el Parque de Maria Luisa, mientras entrenaba, en el mismo lugar en el que empezaba sus entrenamientos los últimos 25 años. Amigo del alma, compañero del club, habíamos compartido miles de kilómetros corriendo, viajes a maratones y múltiples vicisitudes y experiencias; Bernardo era un ser excepcional, prudente, discreto, humilde, solidario, culto, amable, afable; su trágica e inesperada muerte nos ha dejado en todos los que tuvimos la suerte de ser parte de su vida un hueco imposible de llenar. Le hubiera hecho mucha ilusión ver mi 100 maratón pues era de los principales "voceros"y me consta, por sus compañeros de Canal Sur Radio, que me tenía preparado algo muy gordo, para ese día, que no llegó.

 Lo más valioso que me ha aportado en mi vida esta pasión de correr, aparte de un físico menos pesado y mas jovial  y sano y una mente mas entrenada para soportar el dolor y las contrariedades, ha sido, sin duda alguna, parafraseando a Dorian, grupo musical que sigo, "los amigos que encontré". Mis mejores amigos y amigas son corredores, y no serían, como lo son,  parte de mi vida, si esta pasión común no hubiera sido el nexo por el que una vez nos encontramos. Durante los últimos años, muchos de ellos, de distintos puntos de España,  me dijeron que estarían conmigo en mi 100 maratón, lo cual me provoca un sentimiento de gratitud y cariño extremo. Por eso, casi me vi en la obligación de que, de alguna forma, pudieran participar de manera más formal, y gozar por mi parte de más tiempo de su compañía, por lo que, con la ayuda inestimable de mi familia, hicimos una "Post 100 marathon party", es decir, pudimos compartir cervezas, viandas, alegría y cariño mutuo, durante unas pocas horas después de cruzar la meta. Esa fiesta me recordó a algún programa de televisión , "Esta es su vida", porque coincidieron, en espacio y en lugar, personas todas muy ligadas a mí, de distintos ámbitos, pero que entre ellos no se conocían. Quiero agradecer a mis amigos maratonianos, que vinieron a acompañarme, desde distintos puntos de España, Patricia y Miguel  de Málaga, Koldo de Bilbao, Elias y Bego, de Murcia, Teresa y Jesús de Teruel, Miguel Angel de Huesca, Miguel Angel , de Madrid, Alex y Paz, de Valencia, Jose Carlos Lavalle, Paz Palomino, de Sevilla; seguro que se me olvida alguno, que me disculpe.  También a mis hijos que me acompañaron y a su madre por hacerlo posible, a mis  hermanos, mis cuñados y mis sobrinos y mi tío Emilio y mi prima Elena y su marido Juan Antonio, que se encargaron de toda la "logística", cocina y ambientación oportuna; a mis más amigos de mi Club Amigos del Parque de Maria Luisa, y a toda su directiva que acudió en pleno, a mis más amigos del club del pueblo dónde vivo, Club Atletismo Gerena, con Manuela, David, Chiquito y Francis; a mis amigos de Canal Sur, Paco, Juanmi, Lola y Maria José, y a mis amigos festivaleros, Rocio, Angeles y Javi. Y a otros tantos, que no pudieron estar físicamente, pero sí de corazón, Jose Carlos Jaenes, Rafa Vega y Jose Luis de Sevilla, Santi de Castellón, Jose María de Alicante...Bebimos, comimos , nos reímos, nos hicimos fotos y me sentí muy querido y halagado. Quedará para siempre en mi memoria.

 Otro elemento que me hacía ilusión es volver a entrar en la meta con mis hijos mellizos. Con ellos , ya crucé la meta del Estadio de la Cartuja los años 2009, 25 edición del maratón cuando tenían 4 años, en 2012, edición en la que tuve el honor de ser imagen del cartel y del marketing de la prueba, cuando tenían 7 años, y esta vez, con 15. Da vértigo ver las 3 fotos juntas del mismo instante, por eso las subí a mi  cuenta de instagram, ver el cambio físico notable de los niños, mientras yo, aparentemente, estoy igual. Les pedí que me acompañaran el último kilómetro y ellos , adolescentes con la soberbia altanera propia de su ingenuidad, me contestan que les parece muy poco, que más kilómetros; realmente son buenos deportistas, futbolistas, de hecho dejaron de jugar un importante partido por acompañarme,  y me costó convencerlos que con el kilómetro 42 juntos me resultaba suficiente. Se pusieron dos camisetas que he utilizado muchas veces, que para mí significan mucho, Sergio  la oficial de Etiopía, y Víctor la amarilla icónica de Steve Prefontaine ; su madre los llevó al punto de encuentro planificado, la estatua de El Caballo frente a la antigua Facultad de Derecho. Ese tramo final , de poco más de un kilómetro, con uno a cada lado, y con la riada humana que asistía como espectadores jaleando, entre ellos muchos amigos y conocidos, me emocionó de manera brutal, me entrecortó la respiración y produjo  una no habitual fusión de fluidos corporales, sudor y lagrimas ,  y una expresión en mi rostro de sentimientos contradictorios, risa y llanto.

  Escribiendo  ya sólo de la carrera en sí, tenía la  pretensión de  dar lo mejor de mí, llevaba casi dos años sin hacer un maratón en mi límite fisiológico. Además, al haber cumplido 60 años la semana anterior, como eso supone el cambio de categoría, tenía una remota posibilidad de acceder al podio por categoría ( lo habría hecho en 2018 con la marca prevista, no así en el 2019). Tenía un handicap, no me iban a acompañar dos amigos, de mi mismo nivel, con los que he hecho los últimos maratones de Sevilla, Jose Luis, lesionado que no pudo participar, y Jose Carlos, que participó pero no pudo tener un entrenamiento adecuado; eso sí, por suerte , me acompaño hasta el km 30 Francis, amigo de Gerena, que baja sobradamente de 3 horas y sabe llevar el ritmo de manera constante y uniforme, una gran ayuda, aunque por problemas estomacales, no pudo seguir a mi lado hasta el final.Al quedarme solo, me fue más difícil, controlar el ritmo, y perdí algún minuto sobre la mejor previsión, pero llegué al final en un estado aceptable, y con un registro en la horquilla prevista, 3:14, aunque siempre me quedo con la sensación de poder haberlo hecho mejor.  Ni de lejos podría optar a podio, ( Miguel Ríos, el vencedor de la edición de 1992 fue tercero de la categoría con 2.58) . Pero, como es mi filosofía desde hace años, lo más importante es disfrutar, no obsesionarte con cronos y marcas, y que te queden ganas de repetir.

 ¿ Y ahora qué?. Me han preguntado que si iba a seguir corriendo.Obviamente, por supuesto que seguiré corriendo, entrenado habitualmente 5 o 6 sesiones semanales siempre que pueda, y seguiré participando en carreras que me diviertan, maratones y de otro tipo; ya no voy a participar en ninguna "por rellenar" ni conseguir un número concreto. No es saludable hacer 6,7,8 maratones al año  como he hecho los últimos , al final ese esfuerzo acaba pasándote factura física y mental . Pero sí necesito un objetivo, un reto a largo plazo que me mantenga la motivación y las ganas de seguir dando guerra. Lo he contado en entrevistas, pero lo dejo plasmado en este blog, en qué consiste mi nuevo reto. Uno de mis maratones preferidos es el de Boston, este año, sería, si se acaba celebrando pues se ha aplazado de momento, la 124 edición. En el km 30, al comienzo de una dura subida de 800 metros, la Heartbreak Hill ( la colina rompecorazones), hay una preciosa estatua de dos atletas a tamaño natural,  que van de la mano, uno joven y otro mayor, pero ambos son la misma persona, Johny Kelly, atleta de élite, ganador del Maratón de Boston en 2 ocasiones, segundo en 7, participó en la olimpiada de Berlin en 1936; pero su fama procede, no de esas victorias, sino porque corrió el maratón de Boston 58 ediciones consecutivas. La última en 1992 con 83 años. Este año fue mi 36 maratón de Sevilla, por cierto, mis otros 4 compañeros "fullfinishers", Antonio González, Antonio Gelo, Luis Caballero y Eduardo Silva acabaron todos, son también muy duros. Si sigo corriendo 23 ediciones más del maratón de Sevilla, llegaría a las 59 ediciones consecutivas con los mismos 83 añosy le quitaría ese  record que supuestamente es "mundial" a Johny. ¿ Y por qué no?; no necesito ninguna estatua, jajajaja, pero intentar emularlo, me va a motivar para seguir corriendo hasta el fin de mis días.



  Excepcionalmente, en esta entrada incrusto dos videos, uno, el anterior, el habitual, el resumen de mi carrera y otro, que al verlo en "bruto", me pareció muy emocionante para mi, que es el último kilómetro y entrada en meta con mis hijos, Victor y Sergio, y con el audio original.











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