KAFKA EN LA ORILLA

Un recurso recurrente para completar una entrada del blog puede ser reseñar brevemente el libro que ocupa el tiempo de ocio que dedico a la lectura. Es cierto, que si bien mi ritmo de pasar paginas no es el mismo en el largo verano que en el ocupado invierno, siempre tengo algo de lectura entre las manos, sobre todo para el fin de semana.

Y ahora el libro que ahora leo es éste, de Murakami; leer un libro de un japonés puede parecer algo exótico, tenemos culturas tan distintas que, inicialmente, tiras para atrás. Más pensando que siempre te queda la duda, en libros no escritos en tu idioma, de la fidelidad de la traducción.(ni siquiera sé si es traducción directa desde el japonés o desde el inglés)

Descubrí a Murakami este verano, leyendo su ya famoso libro sobre su afición atlética que comparto; claro, no es propiamente un libro de creación literaria, pero si te da un esbozo de su estilo, y su personalidad. A partir de hay, he conocido muchas cosas de su azarosa vida, como que fue propietario de lo que podríamos llamar un bar de copas, especializado en Jazz, en Tokio, después empezó a escribir novelas, con mucho esfuerzo pero sin muchas pretensiones. , poco a poco se fue convirtiendo en sus sucesivos libros en un autor de culto, seguido por círculos alternativos muy ilustrados, y ahora, es un autor de masas, eterno aspirante a recibir el premio Nobel algún año. Es conocido su carácter reservado, incluso hosco, no le gusta ni las apariciones públicas ni las entrevistas, y evita en todo lo que puede el contacto con su fans. Y a mi me parece bien, si ya se comunica con sus libros, para que hace falta mas circo.

Llevo solo unas cuantas decenas de hojas del libro, pero me han servido para saber que voy a llegar , sin duda, al final; tiene un estilo fácil de leer, eso si, sus novelas se centran mas en diálogos de personajes mas que en descripción de tramas o situaciones.

En fin, creo que me he convertido (ya lo soy en facebook) en seguidor entusiasta de este magnífico escritor, que se paladea despacio, como los buenos vinos